23/10/17

La importancia de morir a tiempo de Mario Mendoza


“La importancia de morir a tiempo”, es un despertar, -así lo quise definir-, ya que hay muchos mundos entre nosotros, con esto me refiero a que cada persona está viviendo y construyendo un mundo,  y que todos esperamos convertirnos en ese mundo. Mendoza, al final de cada historia, deja como un desconcierto en lo más profundo de uno, pues nos queda ese desenlace en pregunta o a manera de enseñanza, sobre si nuestro actuar nos lleva al final de lo que deseamos, o en otros casos, nos invita a entender,  el por qué muchas veces morimos, en el sentido de que llegamos a morir cuándo olvidamos quienes somos, perdemos a un ser querido, cuando reaccionamos a tiempo, y despertamos de algún problema sin darnos cuenta que nos encerraba.

Otro punto que relaciona mucho el autor, es el cómo vivimos nuestros tiempos, en pleno silgo XXI; muchos creen y se dejan convencer por lo que ven en la televisión; otros más curiosos, ojean a través de su entorno, y se preparan para ello, leyendo, indagando o investigando. El Internet, por ejemplo, es otro fenómeno, que cada vez más nos consume. Una generación que olvida de puertas a fuera lo que sucede, pero de puertas a dentro, es decir, en su propio mundo, conoce todo. Y es así, incluso se vanagloria de sus triunfos, y muchas veces olvida -o olvidamos-, lo que somos por estar creando una imagen perfecta. Por ejemplo, lo podemos observar en las redes sociales más que todo.

Pero, también abre un poco la mente, refiriéndose a temas llamados: Diferentes, inexistentes, imaginarios o poco realistas; personajes que han vivido hechos paranormales o personajes predicando eventos apocalípticos; lo que inmediatamente te lleva a cuestionar, si el mundo como lo conocemos, es fiel a lo que realmente es. Pero no adelanto nada en específico, porque quiero que ustedes mismos se encuentren de frente con el autor; por mi parte, yo sigo algo escéptica pero estoy de acuerdo en muchos temas que se involucran con el existencialismo.

Finalmente “La importancia de morir a tiempo”, es un libro para leer un domingo, donde todos tenemos momentos para reflexionar y despejar nuestra mente del bullicio y de la cotidianidad; por eso invito a todo el mundo, sin distinciones de edad, ni sexo, ni clase social entre otros, a que se sumerja en la obra de Mario Mendoza, y se cuestione cada cuento que lea, y no le de miedo observar más allá de sus cuatro paredes, no le de miedo mostrarse ingenuo, y aún más importante, atreverse a verse a sí mismo, comparando  muchas de las pequeñas historias del autor con las suyas.

9/6/17

Del amor al odio


Desde siempre, las historias de amor y romance, han disuadido la atención de muchos lectores. Hay muchas maneras de contar este tipo de relatos,-unos con una dosis más clara de cursilería que otros-, pero siempre buscando un medio que puede traspasar, por encima de todo, para llegar  al fin, que se conoce como el verdadero amor.

Este podría ser el caso de “María” obra escrita por Jorge Isaacs, una sencilla y apasionada historia entre dos jóvenes, que siempre se gustaron, hasta que un día, siendo más grandes, descubren que lo que sienten es más fuerte y, por consiguiente, terminan enamorándose. 

En la película, María es una niña huérfana que llega a la casa de la familia de Efraín, su eterno enamorado.  El padre de Efraín, adopta a la pequeña de ojos colosales, que llevan un tono azul claro, difícil de olvidar,  que se contrastan con su larga cabellera rubia. Mientras que su primo, Efraín, es un hombre corpulento, moreno y entregado a sus estudios como a su querida familia, así descrito literalmente.

La conexión entre estos dos jóvenes amantes se ve frustrada por los planes que tiene Efraín, para su futuro como médico, pero no solo resulta difícil manejar su relación, sino algo mucho más complejo interviene,  y es que María, deberá luchar por vivir una vida tranquila y en la medida de lo posible normal, pues desafortunadamente padece del mismo mal que se llevó la vida de su madre, esquizofrenia, por lo cual sus sueños no verían la luz, pues sería muy tarde, incluso para el amor. ¿Historia de amor sin final feliz?


No puedo evitar el despertar que ocasionó en mi aquella película colombiana, (como siempre sucede el libro se lleva los honores) pues pese a que la época si es abismal -puedo entenderlo- , p aún no podría tolerar ver una narración con un libreto un poco lento y plano, que le da a la historia, un hilo que en cualquier momento pierde su intención, debido a que no sostiene la dinámica de la trama, ya que los personajes carecen de un dialogo rico,  solo se queda en la susodicha de la protagonista y su delirio por Efraín.

En estos tiempos, el concepto de amor, de compartir con el otro, se ha vuelto menos romántico y más realista. Si en mi caso, hubiera tenido que revivir la historia de María a nuestra era moderna, le daría a María, la oportunidad de haber consolidado ese amor por Efraín, y como sería una mujer más independiente, estaría seguramente con su amor en un lugar para los dos, como ella decía, y no se hubieran visto truncados sus deseos,- que en parte también tuvo mucho que ver con el padre, con ese egoísmo patriarcal característico de la época. Y hoy María seria otra historia mucho más inspiradora;  pero no por el suplicio que tuvo que vivir por su enfermedad, sino más bien por defender sus principios como mujer, y sobre todo por aferrarse a un amor propio más que a un hombre que según la protagonista le traería la felicidad.

En la realidad colombiana, pueden existir muchas mártires como María, y es algo decepcionante pero puede que en unos años, la mujer ideal no solo sea bonita físicamente sino atractiva por su desarrollo como persona, en una sociedad que espero no este violentada por el machismo, egoísmo e idolatría que al final nos llevaría del amor al odio y ese,  si sería un final amargo.




DIRECTOR:
MÁXIMO CALVO OLMEDO, ALFREDO DEL DIESTRO
 GÉNERO:
DRAMA, ROMANCE
DURACIÓN:
180 MINUTOS
AÑO:
1922
PROTAGONISTAS:
Stella López Pomareda - María
Hernando Sinisterra - Efraín


17/5/17

Columna película: La vida de los otros


En la película se tocan muchos puntos importantes como la violencia, intervencionismo, suicidio y el que termina de definir todo lo anterior: La libertad de expresión.

Estas dos palabras libertad y expresión, es lo que se necesitaba para rescatar una parte de la historia de Alemania de los ’80, y esto lo vemos reflejado en el personaje principal, el escritor Georg Dreyman, cuando intenta salvaguardar sus escritos de la Stasi (Policía política y Agencia de espionaje), quienes interceptaban a todos los que consideraba un peligro para la República Democrática Alemana.

¿Existe el derecho a la libertad de expresión?

Lo que preocupa de la situación, es la necesidad que tiene el gobierno por respetar sus ideales, pero aquel que intente decir lo contrario, ya no cuenta con voz y voto, entonces de esta manera nadie podría intentar defender sus derechos. Relacionando este tema de la censura, con nuestro país, se puede seguir percibiendo un intento de silenciar, colocando como ejemplo, a los periodistas claramente, ya que su derecho más vulnerado es el de informar y por ende, es cuando entendemos la reflexión del director de la película, tocando  los mismos puntos que mencionaba anteriormente:

La violencia, cada vez que los medios difunden noticias con la intención de mostrar un pueblo agobiado por la intolerancia, que muchas veces estos mismos aportan al tema, dando a la gente una imagen aún más violenta de lo que son, y victimizándolos de sus propios hechos sin precedentes.

El intervencionismo, como pan de cada día, cada vez que un personaje político quiere manipular a la ciudadanía, evadir su responsabilidad de hechos que se le imputen, y terminan creando cortinas de humo, entendiendo que es un país sin memoria, y a la larga los colombianos terminamos aceptando.

Pero no sólo ocurre desde la política, los medios de comunicación también se han visto tocados por esto, o perfectamente podemos citar la época de los noventa y su alta tasa de suicidios, homicidios y exilios –como otra forma de privar la libertad- a todos aquellos periodistas que intervinieron por la lucha contra la guerra.

Si se considera todo esto, en pleno siglo XXI, por qué permitimos que se vulneren nuestros derechos, cuándo vamos a respetar al otro, y hasta dónde tenemos que llegar para seguir con vida, aunque suene excesivo, si continuamos en una guerra en donde el vivo vive del bobo, y olvidamos que cada persona se merece un trato igualitario, pues  tiene permitido pensar, decir y actuar. Por eso invitaría a todo aquel que desee expresar su opinión, en especial a todo aquel que ejerce el oficio de escribir a que no tache más sus palabras y brinde información con el deber de decir la verdad y el derecho a ser escuchada.